Una de las decisiones que debemos tomar es elegir el coche fúnebre que va a trasladar a nuestro ser querido desde el tanatorio al lugar elegido para la inhumación o incineración del difunto. En Funersierra ofrecemos a las familias una gran variedad de vehículos de entierro para que puedan elegir el que más se adapta a sus necesidades.
Los coches fúnebres son un elemento fundamental. En la actualidad, su estructura común consiste en un chasis largo tipo vagón con espacio suficiente para albergar el féretro en la parte trasera y los adornos florales que acompañan al difunto. La zona frontal, incluyendo la cabina, se asemeja a una limusina con capacidad para el conductor y uno o dos acompañantes, dependiendo del vehículo escogido.
Para saber cómo han evolucionado, vamos a hacer un breve repaso de la historia de dichos vehículos. Los primeros vehículos eran carruajes movidos por caballos en las ceremonias fúnebres de Inglaterra desde el siglo XVI, expandiéndose a América hacia finales del siglo XVII.
En el siglo XVII, los entierros se prohibieron en los lugares amurallados de las ciudades, lo que provocó que los cementerios se construyeran en el exterior de los núcleos urbanos. Por ello, los camposantos ya no se situaban junto a la parroquia o la iglesia. El holgado trayecto y el cuidado del ataúd causaron que este tipo de traslados creciera en popularidad.
Tras la Segunda Guerra Mundial (1939-1945) y después de la creación de la máquina de combustión interna y el primer automóvil, se comenzó a utilizar un estilo más sencillo que sustituiría gradualmente la utilización de coches labrados por el chasis metalizado y los caballos por motores, que rápidamente llamaron la atención de las personas. En sus comienzos era usual emplear el coche fúnebre como ambulancia hasta que en el año 1979 se restringió ese uso por cuestiones saludables.
El primer coche fúnebre eléctrico se creó en 1907 para el funeral de Wilfrid Pruyn, ideado por Harry Durward Ludlow. Desde 1920, es frecuente el uso de este vehículo para trasladar al fallecido hasta el destino de reposo elegido por los familiares.
En nuestra funeraria ponemos a disposición de los familiares y de los más allegados diversos vehículos con chófer que podrán elegir acorde a sus necesidades y circunstancias.
Nuestros transportes funerarios le cubrirán todos los desplazamientos necesarios y según los protocolos. Garantizamos los más altos niveles de seguridad, ya que estos traslados se harán en automóviles homologados para poder cumplir con todos los requisitos sanitarios establecidos, pendientes en estos tiempos de la pandemia del virus COVID-19.
Entre nuestros automóviles disponemos de vehículos para cuatro personas, para discapacitados adaptados con rampa eléctrica para sillas de ruedas, monovolúmenes desde siete hasta nueve plazas, minibuses de entre nueve y 25 asientos o autobuses para grupos con un límite de hasta 50 personas.
Asimismo, el traslado de los acompañantes se hace si las familias así lo desean, ya sea desde sus casas o desde nuestras instalaciones (estamos ubicados en la Calle Mirasierra 8 en el municipio madrileño de Majadahonda) hasta el lugar de inhumación o cremación.
Si podemos ayudarles o tienen alguna consulta, estamos encantados de atenderles en el teléfono 91 330 91 30 o a través del siguiente enlace.