Superar el fallecimiento de una persona tan especial, como puede ser en la vida de cualquier persona su padre o su madre, no es una tarea nada fácil, todo lo contrario, es una labor muy complicada. Esto se agrava cuando durante la vida, ha estado muy unido a él o ella y se ha establecido un vínculo emocional fuerte. Quizás, la muerte de una madre o de un padre, puede ser uno de los episodios más duros de la vida de una persona, a los que tarde o temprano tendrá que hacer frente cualquier persona. El amor incondicional de una madre o de un padre es algo que no se olvida nunca. Ese cariño con el que siempre te han tratado, esas conversaciones que siempre permanecerán en la memoria y ese apoyo incondicional para ayudar a los hijos a tomar decisiones complicadas durante la vida. Perder a una persona tan especial, genera un sentimiento de haber perdido uno de los pilares fundamentales de tu vida y un sentimiento de orfandad.
Hay varios sentimientos que pueden tener durante este periodo de tiempo como es la tristeza prolongada, falta de concentración, añoranza o falta de confianza. Hay algunas personas que, durante este proceso, desarrollan, en mayor o menor grado, una depresión. Es muy complicado aceptar una falta tan grande en la vida. Si el sentimiento de tristeza continúa durante un largo periodo el tiempo o incluso, siente que puede estar sufriendo una depresión, en estos casos lo mejor es pedir ayuda y acudir a un psicólogo especialista que pueda ayudarle a reconducir su vida de nuevo y poder comenzar un nuevo camino. En Funersierra contamos con un equipo de especialistas y con una amplia trayectoria profesional, que puede ayudarle a retomar las riendas de su vida y comenzar de nuevo.
Tiempo al tiempo, es un dicho muy habitual y en este caso es muy útil porque es cierto que cuando fallece un familiar, todo el mundo necesita superar la etapa de duelo. El problema es cuando la tristeza y el malestar continúan con el paso del tiempo y en parte, imposibilitan a la propia persona desarrollar su propia vida. Hay varios sentimientos que se desarrollan durante la época del duelo: uno de los más habituales es la culpabilidad por el hecho acontecido, ansiedad, falta de ilusión, tristeza profunda o incluso, ira o rabia. Estos sentimientos son comunes tanto en una muerte repentina como en procesos largos de enfermedad. Otros sentimientos que se pueden generar son la falta de sueño o la pérdida o ganancia de peso por el estrés que se siente en estos duros momentos. Algunas personas superan el estrés ingiriendo grandes cantidades de comida y otros en cambio, el estrés les provoca que su estómago se cierre y apenas tengan apetito. Además de estos síntomas, se han experimentado varios síntomas sociales que también pueden afectar directamente al hijo o hija que ha perdido a su padre o madre, estos son el aislamiento social y la dificultad para asumir nuevas tareas enfocadas a esta nueva etapa que comienza.
Es importante desarrollar una serie de comportamientos que pueden ayudar a superar poco a poco la gran pérdida, en este caso hablamos de expresar las emociones en el momento que se necesite para poder desahogarse y liberarse, pedir ayuda a los amigos y familiares más cercanos, asumir las emociones que se va experimentando como un proceso habitual en este duelo y enfocarse en su propia persona para que el dolor no le apague en todos los ámbitos de su vida. Regalarse tiempo a uno mismo y cuidarse, son algunas de las tareas obligatorias en esta dura fase para poder sentirse mejor.
Cuenta con Funersierra para todo lo que necesite, sabemos cómo ayudarle en este proceso tan complicado.